domingo, 20 de diciembre de 2015

POR LOS CAMINOS...

Si me descuido, un año desde que escribí por última vez...
Parece que no ando muy inspirada o, tal vez, el tiempo que me persigue y se acorta en mis manos...
Carreras, muchas,... kilómetros y momentos, muchos...

En numerosas ocasiones sola, en otras, acompañada... (que siempre es de agradecer puesto que mi sombra, mi respiración y, si no se me olvida, la música, nunca es comparable con una buena charla y risas durante el camino...).

Acabé la Maratón y me faltó tiempo para inscribirme en la siguiente edición, aunque estaba deseando colgar las zapas de asfalto y volver a la montaña...

Se fueron sucediendo las carreras, algunas casi improvisadas de un día para otro.
Siempre buenas sensaciones, esas sí que me acompañan a cada paso.

             
                                              







Imágenes que guardo con cariño, esas y ciento más...todas fruto de kilómetros y kilómetros de entrenamientos a cualquier hora del día...o de la noche...porque todo suma,... ni un metro, ni un segundo restan,... Siempre merece la pena salir....
No puedo negar que el entorno me invita a recorrerlo una y otra vez y que todo así es mucho más fácil, incluso en las veces que no me acuerdo de llevarme los cascos y son horas en que sólo escucho mi respiración, el crujir de las ramas o el canto de algún pajarillo...
Correr en pista es un acto de cabeza, resistencia a no desesperar, vueltas y más vueltas que no llevan a ningún sitio, igual que un hámster enjaulado que rueda y rueda en su noria sin ir a ningún lugar.
Me gusta más el campo, seré más lenta, seré torpe,...pero lo que mis ojos ven, lo que mi corazón siente, no hay asfalto que lo iguale...
Tampoco quisiera hacer una comparación porque lo que se siente tras cruzar la meta en una maratón es difícilmente explicable, y, tras ese momento hay mucho sacrificio, mucho esfuerzo concentrado que sería incapaz de comparar a los entrenos de las ultras...

Vaya aquí un pequeño homenaje a todos esos caminos que en este año recorrí...
  

   


                   





    


                                          
Lo dejaré aquí, en mi rincón en las nubes...qué paz...    

                           
Fdo. Pretoriana Pretoriae

jueves, 26 de marzo de 2015

SIN SOLEDAD EN TABERNAS..

Hoy vuelven a estar las montañas nevadas y el gélido aire ha azotado hoy mi cara mientras trotaba en la pista...
Cincuenta y cinco minutos que me han hecho pensar, primero en cómo te puede cambiar la vida, en segundos,...también me han hecho repasar, una a una, las distintas decisiones que han ido alterando lo que pudo haber sido o lo que realmente fue esta loca aventura.
Llegó a mis manos esta carrera con múltiples factores, tanto a favor, como en contra...
Vistas espectaculares, paisaje totalmente diferente al que estoy habituada en las carreras de montaña, un silencio absoluto, autosuficiencia, mi sombra y yo (como en tantas otras ocasiones hemos estado),...
También era consciente de muchos aspectos negativos, muchos, tantos que podría parecer, mi presencia sola, casi un acto suicida... 
Una edición anterior con cuarenta participantes, calor, problemas de balizamiento, problemas de avituallamientos, mi "cero" orientación,...
Sopesé los "pro y los contra" y sin mucho pensar, me lancé...tenía objetivo y sólo un mes contado desde el día de la Maratón de Sevilla para entrenar "en serio".
Esta Pretoriana lo iba a conseguir; pasearía su coraza por áridas tierras hasta meta...
A partir del día siguiente a la maratón, 290 kms fueron sucediéndose día tras día, tiradas con desnivel acumulado de más de 2.000 metros, paso a paso, constancia, esfuerzo y cabeza... Ante todo, no lesionarme, vivirlo, disfrutarlo, sentirlo....
Pronto cambió la historia... no iría sola, en primer lugar me acompañaría mi familia, incluido mi perro, eso me aseguraría llegar a...Tabernas!! (estaba claro que la gran preocupación era mi pésima orientación).  Más tarde aparecerían en mi aventura Alberto y Esther... querían convertirse en vaqueros a mi lado...
Por supuesto cambió mi mundo tal y como lo planeé...
Eramos un trío y lo viviríamos juntos independientemente de la preparación de cada cual...
Teníamos los datos, la dificultad, el bajo número de participantes, mochilas por llenar, ropa que preparar...
Siempre se puede complicar un poco más  todo, sí, en el desierto...puede llover, incluso diluviar, sí... ¿no viene en la Wikipedia? pues habrá que actualizarla...
Debo de tener un don oculto, no me libro, llueve allá donde vaya, algún día probaré en el Sahara y si lo consigo de nuevo, me afinco en África para acabar con la sequía de tantos y tantos poblados necesitados...
Forjamos un gran equipo las semanas previas, complicidad, risas, incertidumbre...
Miraban datos, 60 locos en línea de salida,...y aunque de sobra conocida es mi "no competitividad", sabíamos que éramos sólo cuatro chicas en la Ultra, suponiendo un tercer puesto, tenía claro para quién iba a ser... aunque tuviese que darle un empujón  para que pillase la chapa ella...(Adelanto que nos dieron a ambas una copa de segundo puesto...un tesoro merecido por sólo llegar 28 a meta y de ellos sólo tres chicas).
No me dejo acobardar, respeto siempre, hasta en una carrera de 5 kms, pero jamás miedo...
Ante una prueba así creo que hay que tener seguridad en uno mismo, yo creía en mí...
Ante todo respeto a la vida, sólo tenemos una y hay que aprovecharla, existen factores que pueden sorprendernos pero algunos inexcusablemente están ahí desde antes y vamos en sobreaviso... Veinte kilómetros de subida, desniveles de hasta un 20%, cambios extremos y brutales de temperatura, poca sombra, autosuficiencia...
Si estás convencido que no te puedes enfrentar a eso... no lo hagas, "será por carreras...".
A partir de aquí... podría comenzar a detallar esos 113-114 kms en los que hubo de todo, una salida con encuentros, saludos y mucha ilusión puesta en el camino,... una pista ancha que nos llevaría a unos toboganes que nos sumergerían en el desierto...
Nuestro fugaz paso por el mítico Fort Bravo que, aún dormido, empezaba a desperezarse con algún que otro vaquero...

El encuentro con la parte más dura del desierto, la Sierra Alhamilla y su famosa subida hasta las antenas... Veinte kilómetros de ascenso con unas vistas cada vez más espectaculares, montaña, costa... No es fácil subir si no disfrutas del camino (a pesar de ir bajando drásticamente las temperaturas...).
Pasé frío, cierto, iba preparada con guantes (puesto que mis dedos son mi punto débil) pero no eran lo suficientemente gordos... Pero disfruté tanto que para mí el dolor de las manos era secundario...
Luego tocó bajada, no fue todo lo rápido que esperaba pero... de recompensa, los últimos rayos de sol...
Llegamos al kilómetro 64, donde podríamos tomar algo y cambiarnos... Aquí he de recalcar que, aunque se nos apetecía algo caliente, macarrones o caldo, nos conformamos con una ensalada de arroz...... Sí, no esperéis en el desierto encontrar la calidez de un cuartel, "mesa y mantel", dos o tres sillas que nos turnábamos entre los corredores que coincidimos en el punto y un cambio de ropa  a elegir entre "la interperie" o "como mejor puedas dentro de la furgoneta donde se encontraban las mochilas"...
Nos adentraríamos en la última parte del recorrido, subida dura a un cañón,
que prometía tener unas vistas espectaculares que mi frontal no llegaba a adivinar, con rampas del 20% ...  Durante la noche me entretuve en desenredar todas las balizas que se liaban en los arbustos y se hacían de difícil visión, siempre les sería más fácil a los últimos corredores no desorientarse...
La bajada y el encuentro con la Planta Solar más grande de Europa, antes de nuestra llegada a Tabernas, ya es historia... , contratiempos y algún que otro despiste del que fuimos totalmente culpables por no prestar la suficiente atención...
Pero bien, aunque pueda resultar larga la historia (114 kms dan para mucho), yo, como siempre, en mi línea habitual, quisiera hablar de otras cosas... No corro para criticar si no es constructivamente, no me quejo de una cuesta que sé que había o del frío que pasé por la noche (no tuvimos escarcha como las plantas porque no paramos ni un segundo...), no.., no.., no....

Yo quiero hablar de sentimientos, de lo pequeña y a la vez gigante, que me sentí cuando subí a las Antenas, a pesar del frío que congelaba mis dedos, del aire que azotaba mi cara o de las nubes que me atravesaban veloces...
Yo quiero hablar de charlas embadurnadas de tierra rojiza, de piedras finas, de barro,...
Quiero hablar de momentos de complicidad que me guardo con celo,...
Quiero hablar de llamadas telefónicas con palabras de ánimo y aliento, de nuestros familiares y amigos, pendientes de nuestros pasos, de nuestras sensaciones,...
Quiero hablar de seguimiento vía WhatsApp y Facebook, intercambio de fotos, sensaciones, incluso de "apuestas"... Ya sabéis, no doy nombres, no me perdonaría dejarme a nadie en el tintero...
Hablaré también de esfuerzo y sacrificio,.., ahí hay un nombre... Esther (sí, abuela, tú) y hablaré de manos tendidas y de hombros en los que se apoyó (eh, Alberto, ese eres tú, que yo, poca chicha tengo para ofrecer...).
Hablaré de compañerismo, aquí se resuelven los problemas y damos otro paso...poquito a poco, será por horas,...
Quiero hablar de ilusión por dar el siguiente paso, de avanzar, de llegar a algún otro lugar,..hasta que el sol, inevitablemente, desapareció, agotado y pasé a la mágica luz de mi frontal en una noche silenciosa y estrellada...
Por último quiero hablar de Pretorianos...esos que nunca te dejan solo, esos que te apoyan en la distancia, los que se prestan a cualquier locura que "al cabecilla de turno" se le ocurra (Pepito, con el permiso del resto, te tengo que nombrar porque eres un fuera de serie).
Hablo de esos que siempre tienen tiempo para "cada cual y sus problemas", y no hablamos de correr, hablamos de amistad, más aún... de familia...
Esos que sufrían pensando en una pérdida casi inevitable por el desierto...

Tengo que seguir hablando de Pretorianos porque se disfrazaron por mí, montaron una peli y me hicieron llorar antes de mis últimos veinte minutos el día previo... A ellos, sólo darles las gracias, no más, lo saben, me dejaron sin palabras...
Gracias a los sheriffs y alguaciles de Triana City, Tomarizona, Oklahoma al Whisky, Arganbansas y Trail City, fuísteis mi motor en los buenos y malos momentos,.. Tarareé la musiquilla, en vuestro honor, varias veces de día y en la noche, cuando el frío y el sueño se apoderaba de mis chicos, a punto de acariciar la meta...

Pensé que sufriría sola en Tabernas, mi soledad y yo...
Qué equivocada, jamás iré sola...por más que me empeñe...

Para el recuerdo...

martes, 20 de enero de 2015

AGUA CON GUSTO...

El fin de semana del 16-18 de enero se presentó pasado por agua...

El viernes fue la Carrera Urbana Internacional "Noche de San Antón" en Jaén y puesto que venían Angelito y Havié, no dudé en quedarme hasta el sábado aquí en Jaén para correr con ellos...
Una cosa es lo que se planea y otra, diferente, lo que ocurre...
Fue imposible quedar con mi gente, una multitud lo invadía todo (es cierto eso que se dice que no queda ni medio metro libre a lo largo del recorrido).
A pesar del frío tan tremendo que hizo y de la lluvia que apenas dio un rato de respiro, Jaén estaba volcada con su carrera...quien no corre está en cualquier recodo del camino... Pero si es posible intentarán tomar la calle desde unas zapas, a veces, no tan desgastadas como debieran pero con mucha voluntad.
Más de siete mil corredores, dos mil quinientas antorchas nos iluminaban al paso y preparadas andaban treinta y cuatro fogatas...
Las calles seguían de gala, las luces navideñas se resistían a ser guardadas un año más... Se respiraba felicidad y  alegría...
Se corrió por la Esclerosis Múltiple, se corrió con globos, disfraces,... 
Yo paseé mi camiseta por una leucemia 100% curable (aunque entre la gente y la lluvia, tal vez pasó desapercibida...).
Las cuestas se sucedieron una tras otra, siempre quedaba una menos...
La peor, tal vez por llegar..., un final cuesta arriba y con aguanieve...Charcos por atravesar y una meta que se divisaba al final de la rampa...
No llegó a diez kilómetros pero se me hizo tan amena que no me hubiese importado que fuesen más...

También es cierto que salí a disfrutar porque mi objetivo estaría el domingo en Sevilla...
...Sí, allí estaría, en la IV Media Maratón Cross de La Puebla del Río.
El sábado amaneció espléndido pero estaba más que avisada de una ciclogénesis de esas que "están tan de moda" y que harían del domingo un infierno...
A pesar de los "votos en contra" cogí el coche dispuesta a hacer seiscientos kilómetros con tal de participar en  la Media de Puebla.
Todo lo que podía suceder es que pillase una pulmonía y, con San Antón, ya llevaba más papeletas...
El trail es así...
Muchas veces hemos hablado que, por mucho que se entrene, hay un factor que no se entrena y es...el tiempo...
Un día de carrera te puede tocar frío, con un calor sofocante, un aire de mil demonios, granizo, tormenta....
Si anuncian lluvia o viento en una maratón... ¿se queda uno en casa a pesar de llevar meses de sacrificio? no, sólo asumes que, probablemente, no harás la marca esperada...resignación y adelante!
Pues...¿por qué he de faltar a una carrera en el campo cuando es mucho más probable que nos afecte la meteorología? El campo es mucho más caprichoso y el terreno más sensible a los acontecimientos...
Tampoco voy a negar que los preparativos son mucho más divertidos y humor no falta entre los participantes... Pretorianos fuimos tropecientos, nadie dijo que serlo fuese fácil... jajajja.
Me planté mi dorsal bien plastificado y al lío...
Por cierto estrené equipación y, aunque con el chubasquero no se veía, yo sabía que la llevaba (suficiente para mí).
Nunca me ha gustado mojarme los pies, jamás hubiese pensado que me vería en esa situación de locos pero todo es empezar...
Carreras lloviendo llevo ya muchas y algo he aprendido... Si me voy a mojar de todas formas, cuanto antes pase, mejor.
Visto así....pies mojados desde el kilómetro tres ¡y no pasa nada!
Risas, resbalones y una cuña en meta que tardé medio minuto en comerme....
No pude quedarme a celebrar las victorias de mi gente puesto que me esperaba un largo camino que desandar...
La vuelta, sonrisa en cara por haber hecho los deberes de la mejor manera posible y cientos de historias que quedarán en mi memoria.
Un gran fin de semana en el que agua con gusto...