miércoles, 30 de mayo de 2018

LA ESPERA ETERNA Y LOS 101 EFÍMEROS...



Cuesta, a veces cuesta mucho, a veces no hay palabras o no quieren salir...
Quizás sea el caso...
No sé qué decir de los 101 que no se haya dicho ya, no es cuestión de poner el corazón...hay tantos ya "sobre la mesa"!
Cualquier crónica está cargada de vivencias, de sufrimiento, de dureza, de superación..., de pasión...; no sólo la de corredores, no, aquellos que la viven desde barrera y se aventuran a escribir su otra crónica nos sorprenden de igual modo y nos llegan a lo más hondo...

Pero...qué hace que sea tan especial a esta carrera? tampoco sería capaz de aportar nada nuevo,... por qué engancha, por qué atrapa y te enamora para siempre...? por qué...?

Hay que vivirlo, sin más, es así de sencillo...

Da igual cómo amanezca el día, ni el calor afixiante ni el barro traicionero o el frío,...nos hará dudar ni un solo segundo...

Para un cientounero hay carreras antes y después de la gran cita y nada más llegar a meta, como no podría ser de otra manera, se comienza una nueva cuenta atrás.

Toda ilusión comienza en las preinscripciones, miles y miles de personas guardan con mimo un código que le abrirá las puertas al "campo santo" o que le mantendrá en una espera "eterna"...

"Maldita" lista de espera que a todos acecha y a casi todos elige,...Ella no tiene prisa, no padece ni entiende de ilusiones, sueños y deseos...
Avanza lentamente, y nos echa un pulso...

Hay quien se aparta,... alternativas muchas, tantas como espectaculares, cierto, pero esto es otra cosa...
Aquí entran en juego los otros, los que no se rinden, los que entrenan cada día ante un futuro incierto, los que mantienen la esperanza, los que comprueban una y otra vez el dichoso código esperando la buena nueva...

Y así, cuando uno se da cuenta, entra en la última semana.
Cuánta incertidumbre!, tanta como ganas de avanzar un poco más, lo suficiente, lo justo...

Personalmente, en mi espera, tengo mucho que agradecer...
Muchos amigos me han acompañado en mi "eternidad", animándome y ayudándome a ser, cada día que pasaba, más positiva que el día anterior... Visualicé tantas veces cada momento....
Lo que más me costó fue el "vamos a entrenar para Ronda"; no, no lo hice...sólo entrené por lo que pudiese pasar pero sin disfrutar de los entrenos como cuando sabes a ciencia cierta que estarás en la salida... Inevitable, no es igual...

Y llegó el día,... cuánta felicidad...qué simples somos a veces,... o no...
Tantas personas unidas por una misma pasión; cómplices, compartiendo y exprimiendo los segundos desde antes de tomar la salida, y con un sueño en común...llegar al Tajo...
Una vez allí, ante tan maravillosa visión, entrar en Ronda y atravesar la meta puede parecer un mero trámite para poder colgarse la medalla, pero es un acto colmado de sentimientos que arrastra muchas vivencias del camino,... Esas, se quedan en cada uno de nosotros en  un rinconcito de nuestro ser.

101 kilómetros son muchos pasos y latidos del corazón; todos merecen la pena y te llenan de vida, no existe cansancio que haga desear el final de la aventura, no porque no se desee llegar a meta sino porque será el inicio de un nuevo sueño...

Tantos con los que compartir aunque sea unos segundos...
Besos, aplausos, abrazos, fotos,... una gran familia que desea reencontrarse y compartir, cada año, en una carrera en la que nos sentimos como en casa.

Los 101 pasan fugaces y se tornan un sueño del que no se desea despertar, efímeros pero reales... muchos, desde su "nube particular" se curan sus heridas mientras comienzan un nuevo aprendizaje para hacerlo mejor en la siguiente edición....

Por parte de esta Pretoriana, sólo agradecimientos hacia la Carrera y cada uno de los implicados (organización, protección, fotógrafos,...), así como a todos los que me animaron en el camino o compartieron kilómetros y risas conmigo.




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