UNA MIRADA PRETORIANA...¿CRÓNICA CIENTOUNERA?

Hacer una crónica de los 101 sería muy pretencioso por mi parte a estas alturas de la película; he leído ya muchas y muy buenas, llenas de detalles...
Algunas con un amargo sabor, otras...con una lección aprendida... Las hay con final feliz en la ansiada Alameda e incluso algunas "con una publicidad superinteresante" que deberíamos pinchar......

Foto de Grupo (Paco Muñoz)

Existen sentimientos que todo cientounero experimenta y revive cada vez que se enfrenta a esta mítica prueba y que se suelen escapar del entendimiento de aquél que no lo vive...
Meses, semanas, días de duros entrenos,... muchas horas en el campo..., fuera de casa,... nervios, ilusión, incertidumbre, preparativos...

Se refuerzan los lazos de amistad y compañerismo...
En muchos aparece el miedo... no creo que haya que tener miedo (miedo a tirarse uno en paracaídas, por ejemplo... y eso yo, que tengo vértigo)... A los 101 hay que tenerles respeto, en todas y cada una de las ediciones, sin excepción... Jamás bajar la guardia....                                        

Momentos....inolvidables.....
Ni mucho menos me esperaba lo que sucedería en el Campo....
Si algo tienen los Pretorianos es que todo lo que tocan lo convierten en un momento especial...y eso que estar en Ronda, ya lo es...
Se superaron una vez más... a escasos minutos del cañonazo....una coraza para nuestro gran Havié y....la noticia de una nueva incorporación a filas.... ¡la mía!
Menudo momento..., lectura de mi carta pretoriana, sandwich de nocilla previo a la salida a punto de derretirse y la mente puesta en sumarle, al reto de los 101, una coraza,... sinceramente, ni reaccioné como creo que más calmada habría hecho...
La coraza...tenía claro a quiénes se las dedicaría...por su significado, porque no es un estampado cualquiera...porque significa lucha, esfuerzo diario, ausencias en casa y sacrificio tanto mío como de mi familia.
Besos, abrazos, enhorabuenas y...una realidad.....este año dejaba de ser "la mascota Pretoriana"...

¿Qué contar que no se haya contado ya?
Lo llaman virus....lo llaman magia....
Muchos quedan atrapados y tras finalizar la prueba, tarde o temprano, lo saben...repetirán...
Yo, antes de acabar..., no..., antes de empezar...sabía que querría volver.
Cada año, más y mejor...
Es impresionante el ambiente, la alegría y el bullicio de las horas previas,...
                                 
Me quedo con las miradas... cómplices, de miles de guerreros que se enfundan sus trajes de batallas y, a caballo o a pie, se preparan para completar eso que muchos creen hazaña y que no es más que horas de entrenamiento, esfuerzo y constancia...
Me quedo con las risas de las primeras horas,...
Me quedo con los ánimos recibidos en todos y cada uno de los avituallamientos, palabras amables que cada cinco kilómetros te hacían llegar a los cinco siguientes...
Me quedo con la lluvia de las mangueras que nos refrescaban al paso...
Me quedo con los ánimos y las preocupaciones de Manolo, de mis hijas, así como del resto de mi familia y amigos...
Pero sobretodo me quedo...más allá de cuando cae la tarde, refresca y comienzan a fallar las fuerzas, con la oscuridad que ciega mi mirada, con el silencio que lo invade todo...con el parpadeo de cientos de lucecitas que se pierden en la lejanía,...
Me quedo con el resoplar de los que alcanzo al paso y  que se une al sonido de mi respiración,... me quedo con el ruido de los bastones acompasados,...
Me quedo con la luz de los frontales que se cruzan en el camino y  que sólo iluminan aquello que deseamos ver....
Me quedo con la visión mágica del Tajo, premonitoria de lo que está por llegar... La Cuesta del Cachondeo es un puro trámite para alcanzar la Alameda....
Vuelvo a llegar...lo conseguí...y, este año, rodeada de grandes personas y deportistas (Carmen, Juani, Angelito, Javi, Santi, Emilio...no sé si me veré en otra igual, un placer compartir los últimos kilómetros con vosotros).                            
Imposible nombrar a todos con los que crucé miradas, palabras de ánimo, sonrisas,..
Y...mi enhorabuena a los que cruzaron meta, a los que lo intentaron, a los que aprendieron de sus errores, a las nuevas corazas, a todos los que han experimentado esta locura por primera vez y sobretodo, a mis chicas favoritas: Esther, Carmen, Carmina... me quito el sombrero ante vosotras, sois grandes y valientes...

Crónicas...muchas...ésta...una más, desde mi nueva mirada...
Soy Pretoriana...